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Se busca locutor o actor.

Imagen de bigter choi. 

La línea que separa al locutor del actor, en la mayoría de los casos no se puede precisar. Ya desde el mismo momento en que un locutor entra al aire, o se presenta en un escenario,  debe asumir el personaje, no importa si su estado de ánimo está afectado por problemas personales o circunstancias adversas, esto no es importante. Lo que verdaderamente importa es lo que el público desea (a no ser que estemos en presencia de ese tipo de programa que persigue violentar al público con emociones de odio, rabia, venganza, etc. Muy comunes desde siempre por su contenido amarillista). También ocurre cuando un locutor de noticias, por ejemplo,  se ve golpeado por una noticia que produce una alta vibración emotiva; en estos casos se debe hacer un esfuerzo enorme por no involucrarse emocionalmente con la información que se debe transmitir, en ocasiones no se logra.  Es fácil concluir que el locutor es un actor, más aun cuando se trata de publicitar un bien o un servicio. Para convencer al público se necesita estar convencido de lo que se dice; o al menos aparentarlo muy bien, se necesita saber actuar. Exactamente como un actor debe darle vida, emoción y verdad a su personaje, el locutor debe sentir lo que dice, pero transmitir emociones convincentes  es complicado, y si solo lo podemos hacer mediante la voz, se añade un dificultad mayor. El cómo lograr que el mensaje este cargado de emociones verdaderas y de la energía correcta para que produzca una respuesta deseada en el receptor es lo que como locutores debemos descubrir. En la próxima entrega exploraremos un poco el utilizo de nuestras propias emociones para transmitir un mensaje de manera adecuada.

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