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El podcasting en 2020




Una de las cosas que siempre se ha dicho es que la radio no morirá jamás. Hasta yo mismo lo pensaba hace algunas décadas atrás, pues este medio de comunicación no solo sobrevivió, también evolucionó aun cuando la televisión amenazaba con borrar las estaciones de radio del espectro hertziano ganando audiencias y seguidores, gracias a ese encanto maléfico que ejerce en un gran número de personas. Sin embargo pocos notaban el arma secreta de la radio; su omnipresencia. Mientras que ver televisión en casa es lo más natural, hacer lo mismo en un vehículo cuando se está conduciendo es más que temerario, de hecho muchos países prohibieron la colocación de aparatos de TV. En los automóviles.  Esto per se ya representaba un territorio conquistado por las radio- emisoras que difícilmente podría invadir la caja boba. La radio siempre ofrecía la ventaja de poder ser escuchada en la oficina, la fábrica, el supermercado y en cualquier lugar, sin dejar de hacer lo que se estaba haciendo. Por supuesto que la tecnología le dio una mano a la televisión cuando se redujo ostensiblemente su tamaño, y se aplanaron sus pantallas, permitiendo así que una TV. De 40 pulgadas pudiera ser colocada en una estación de trenes o autobuses por ejemplo,  sin generar problemas de espacio y con mucho menor peso que los antiguos aparatos. No obstante este avance, la radio continuo siendo la líder indiscutible, Parecía que realmente era inmortal. Hasta que llegó la internet y se crearon unos aparatos de bolsillo que toman fotos, registran audio y video, te despiertan, te dicen que día es y que debes hacer en esa fecha, si va llover, traen juegos, se conectan a tus redes sociales, mandan y reciben mensajes, te buscan pareja de una noche o para toda la vida, y hasta hacen llamadas telefónicas. Y es justo aquí donde la radio (y también la TV) recibió un duro golpe, pues a pesar de que este artilugio de bolsillo también cuenta con sintonizadores de radio, ya el público se dio cuenta de que con servicios en internet  de bajo costo y óptima calidad, son ellos los que deciden cuando, donde y como ver o escuchar un programa que les interese, una serie, la música de su agrado o una película. Y claro con el paso del tiempo, muy acelerado por cierto, nacen todo tipo de programas online entre ellos “el podcast”. Ya el resto de la historia lo conocemos, la web cambió nuestra vida en todo sentido, tanto que la radio y la TV. Tal como las conocimos, están llegando a su fin pues el principal sostenedor de ambos medios es la publicidad y resulta evidente que los anunciantes están migrando a otros medios más rentables y eficientes en materia de mercadeo y se da el caso que estos nuevos medios son online. Con lo cual, a mi modo de ver, la radio tal y como la conocimos tiene sus días contados.
En el caso del podcasting, me da la impresión de que está subestimado, todavía hay cierto desconocimiento por parte del público, de lo atractivo e interesante de esta sub-biosfera  digital. No obstante este desconocimiento del público, grandes titanes online como Spotify y Apple, entre otros, han visto algo en el podcast que todavía no está bien claro. No es un secreto que los usuarios de podcast se están duplicando año tras año, solo en México se cuentan más de 11 millones de consumidores de podcast y se estima que para 2023 serán 38 millones los usuarios de podcast.  Naturalmente que los productores y realizadores también se están multiplicando exponencialmente, pero hay mucha paja en el trigo, son miles los programas que se hacen solo por curiosidad, por tener el programa de "radio" que nunca pudieron hacer o por sumar un medio más a una campaña para generar algunos dólares, pero son miles los que no llegaran a finales de 2020  y más pronto que tarde desaparecerán. A la larga sobrevivirán los que verdaderamente presente programas de calidad que logren enganchar a un grueso público y en este sentido, los contenidos  sumados a las voces, marcaran la diferencia. Así que desde ya podemos decir RIP a la radio convencional y que viva el podcast.

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